En el último tiempo, los medios masivos han dado gran importancia a la cobertura sobre Estados Unidos y, particularmente, las medidas adoptadas por Donald Trump. En muchos casos, incluso se ha puesto el foco en las meras polémicas del presidente estadounidense, lo cual no extraña, pues el peculiar mandatario se ha encargado de darle mucho material a los medios.
Si bien Estados Unidos es uno de los países más importantes en las relaciones internacionales y, específicamente, en la diplomacia mundial, no se debe olvidar que muchos temas de gran impacto se están desarrollando en otras regiones del planeta. Ciertos medios han realizado una gran labor y han sido capaces de mantener el equilibrio noticio, es decir, informar sobre Trump o Estados Unidos, pero sin perder el foco, es decir, publicar contenidos sobre lo que ocurre en otros estados y en diversos temas de interés global.
A nivel de temáticas, el calentamiento global es una realidad, la cual, entre otras cosas, ya ha provocado que se establezca el concepto de “refugiado climático”. Esto quiere decir que muchas personas comienzan a escapar de su país, pero ya no por persecuciones políticas, étnicas, raciales o religiosas, sino que por la imposibilidad de seguir viviendo en un territorio que ha variado, irreversiblemente, y que se ha convertido en un lugar inhabitable. En el futuro –mediano y largo plazo-, esta realidad irá aumentando y, entre otras cosas, muchas islas del Pacífico corren el riesgo de desaparecer. Además, diversas zonas costeras podrían quedar bajo el agua y, en la otra vereda, las hambrunas gatilladas por las sequías (o mega sequías) serán cada vez más frecuentes.
El fenómeno migratorio es otro de los temas que debiese inundar las salas de redacción, producción y grabación de los medios de comunicación. Inmigrantes, refugiados y demandantes de asilo dejaron de ser excepciones y han marcado una tendencia implacable e insoslayable. A ellos se deben sumar los desplazados. En total, más de 65 millones de personas deambulan por el mundo en busca de una mejor vida. Y no se trata de seres que viajan en buenas condiciones, sino que, mayoritariamente, de aquellos que muchas veces venden todo con tal de conseguir un par de pasajes y la ilusión de comenzar una mejor vida en otro país.
Y qué decir de las guerras interminables, siempre normalizadas y, por ende, poco relevantes para los buscadores de noticias “frescas” y que den más clicks, puntos de rating o ventas. ¿Acaso no merecer tener cobertura? Diariamente, millones de personas se ven afectadas, directa o indirectamente, por conflictos bélicos que -dada su larga duración o, simplemente, por el hecho de desarrollarse en países de la “periferia”- quedan en el olvido. Malí, Irak y Somalía son algunos ejemplos.
La lista es larga. Diversos temas de gran relevancia, pero que, injustamente, no reciben mucha atención de ciertos medios. Lo mismo ocurre con países. Así como Estados Unidos, Alemania, Rusia o Francia copan portadas y espacios, otros como Madagascar, Guyana, Papúa Nueva Guinea o Bahrein escasamente pueden contar con alguna intensa y profunda publicación en medios importantes.
Por eso, es necesario que las fuentes noticiosas sean diversificadas. Sin embargo, aquello no ocurrirá si las líneas editoriales no tienen cambios, pues, en caso contrario, prevalecerá la tradicional visión que ha operado durante décadas. Y aquello involucra a medios de diversas regiones del mundo. Así como existe un etnocentrismo periodístico en “Occidente”, también ocurre eso en “Oriente”. El desafío, entonces, es generar fórmulas que permitan informar bien y atraer a los lectores.
Para eso, debe haber un esfuerzo mayor a simplemente publicar las polémicas generadas por Trump, la fotografía de una presidenta en bikini o la viralización de un video que muestre a un político celebrando un gol. Hay temás más relevantes y urgentes. Y el mundo necesita difusión de aquellos hechos noticiosos.
Raimundo Gregoire Delaunoy
13 de julio de 2018